Hoy en
día estar informados parece que no es una tarea muy difícil. El continuo
bombardeo informativo que recibimos a diario puede hacer pensar que vivimos en
una sociedad totalmente comunicada e informada a través de los medios y de sus
adyacentes. Pero lo cierto es que la diversificación de los medios informativos
y la sobreinformación hace que nuestra percepción de las noticias sea vuelva
pasiva; y que el titular y no la crónica informativa mande sobre nuestra
conciencia y nos domine y encamine hacia opiniones poco críticas o
superficiales sobre los temas de actualidad.
También
la manipulación informativa es un problema de nuestra sociedad, un problema derivado de nuestra falta de
conciencia crítica ante los medios. La imagen, elemento dominante del ámbito
informativo actual, es de sencilla modificación y manipulación, pero de mayor
dificultad de análisis por parte de los destinatarios.
Estar
informados no es encender el televisor y ver el informativo de turno, es
reflexionar e investigar sobre los problemas que nos interesan (pues no todo es
de nuestra incumbencia) y seleccionar los medios que creemos libres de
persuasión y manipulación para así crear nuestros propios “informativos” y no
dejarnos seducir por el marketing y la mala información de los medios que
luchan por audiencias y no por la calidad y la libertad informativa.
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