En
clase de Comunicación, Educación y Sociedad analizamos la imagen del reportaje
de Sergio Caro “Subsaharianos en las cercanías de la valla de Ceuta y su
expulsión del desierto” ganadora del premio Ortega y Gasset de Periodismo en la categoría de “información
gráfica” de 2006:
Debería
exponer aquí el análisis de tal imagen; el plano, tamaño, encuadre, luz,
movimiento, peso de la imagen etc. Pero prefiero exponer, ya que creo que tiene
mayor interés que analizar una imagen de manera técnica, las palabras de Sergio
Caro sobre su premio, difíciles de encontrar en los medios.
“Nada llega sin ayuda. La foto premiada no
hubiera sido posible sin ayuda. Médicos sin fronteras ayudó dando el aviso: en
octubre de 2005 cientos de inmigrantes subsaharianos capturados por las fuerzas
marroquíes estaban siendo abandonados en el desierto, tras ser esposados y
hacinados como animales en autobuses. Fue uno de esos pocos momentos en los que
uno vuelve a creer en el verdadero papel de los medios de comunicación, la
denuncia de los abusos de poder, porque si allí no hubiera habido periodistas
nadie hubiera conocido el alcance de la barbarie”... ”Duermo más tranquilo sabiendo que ese día no pudieron librarse de
nosotros (periodistas) y los cogimos con las manos en la masa, justo cuando
todos los aparatos propagandísticos se empeñaban en negar la realidad”.
“Llegados a este punto me gustaría hacer un
ejercicio de autocrítica sobre la profesión. La noticia sobre mi premio salió
en portada, pero la foto premiada no fue utilizada en ninguna cuando era
noticia. Los periodistas no deberíamos ser noticia nunca. Un periodista es un
vehículo, y a veces parece que se le da más importancia a nuestros logros
profesionales que a esas personas que lloraban su impotencia desde dentro de un
autobús”… “No es el periodismo el que
está en crisis, sino los despachos de algunos periodistas que ya hace mucho
tiempo perdieron contacto con la realidad”.
Termina
citando una reflexión de Kapuscinski: “Después
de la guerra fría, del fracaso del nazismo y del comunismo, el lugar de las
ideologías lo ha ocupado el problema de la justicia social. Aunque sólo en
teoría, pues tal enfoque enseguida coloca en la picota a los ricos, que se
defienden con uñas y dientes, y tienen para eso herramientas muy poderosas,
como, por ejemplo, el Banco Mundial o las grandes redes de televisión, donde
temas como la pobreza se rehuyen como el diablo al agua bendita”.
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